¡QUÉ BONITO ES EL AMOR CUANDO ES DEPENDENCIA!

¡QUÉ BONITO ES EL AMOR CUANDO ES DEPENDENCIA!

Confundiendo amor y romanticismo con dependencia emocional

En estos días me estoy actualizando, entre otras cosas, en cine. Ayer vi: “Ha nacido una estrella” (2018), película que nos habla de la relación entre una estrella de la música y una cantante desconocida que va poco a poco abriéndose paso en el mundo de los escenarios. En paralelo su vínculo va creciendo y vamos viendo un ejemplo perfecto de pareja entre un dependiente y una codependiente.

Es muy frecuente que alguien adicto a una sustancia también sea un dependiente emocional y que con la persona que encuentre esa unión diferente y perfecta: “no había sentido esto antes por nadie”, sea una codependiente.

Todos sabemos qué es un dependiente pero la figura del codependiente no está tan clara. El codependiente se engancha a ayudar al dependediente, su bienestar DEPENDE de esa tarea que se convierte en lo más importante en su vida. Dejando a un lado sus proyectos personales o la posibilidad de centrar su atención en alguien o algo diferente al dependiente. Esto produce un círculo en el que se retroalimentan el uno al otro, un círculo de enfermedad y de toxicidad emocional.

Y aquí comienzan las confusiones porque desde alguien poco crítico o con pocos conocimientos de estos temas nos encontramos dos seres aparentemente tan enamorados y tan unidos que no pueden separarse, y en vez de mirar un poco más a fondo por qué está ocurriendo esto y a dónde los lleva, nos dejamos arrastrar por el romanticismo, nos derretimos y decimos con lágrima en los ojos:

“qué bonito, cómo se quieren”

Hay una escena clave en la película que con las gafas del romanticismo es preciosa pero con los ojos de la realidad es brutal: Ella le dice después de una de sus borracheras:

–“Es la última vez que vengo a buscarte”

En la escena siguiente él le fabrica un anillo improvisado y le pide que se case con él. Precioso, ¿verdad? Pues siento romperte la magia pero es el recurso de un dependiente para cortar las alas que empezaban a crecerle a su codependiente: desde este gesto de entrega amorosa frustra el intento de alejamiento de su “amada”.

 

¿Es amor o es dependencia?

¿Es un vínculo sano o tóxico para ambos?

Sé que lo único que puedes pensar en : “qué bonito, cómo se quieren”. Pero créeme cuando te digo que eso NO ES AMOR es DEPENDENCIA.

Y así estamos, en una sociedad que nos enseña que estos modelos son los que hay que seguir y luego nos quejamos de que hay muchos actos de violencia machista e incluso nos sorprende que ocurran entre las parejas más jóvenes.

La educación emocional es lo único que nos puede salvar en este mar de confusión. La crítica a modelos románticos desde una mirada profunda y mostrando pautas con comportamientos sanos desde el punto de vista emocional, es lo único que nos separará de la esclavitud emocional.

La relación entre un dependiente y un codependiente no tiene salida